PIENSA EN VERDE

lunes, 29 de agosto de 2011

Parámetros temporales



Deberíamos revelarnos. Dejando de contar el tiempo con los parámetros establecidos. El tiempo no son segundos, minutos, horas, días, semanas ni meses ni años ni décadas ni demás. 
Podríamos contar el tiempo por veces que decimos a nuestros más allegados «te quiero»; por sonrisas injustificadas; por gritos de maldición hacia el sistema; por ronquidos de dormires a gusto; por bazas ganadas en tardes de amistad; por distancias de raíles que recorren los trenes que nos llevan y luego se van, indiferentes a nosotros; por aleteos de cuervos; por besos que quiero darte y no me darás. 
Podríamos contar el tiempo por nubes oscuras que vemos; por abrazos que necesitamos y nos vienen por sorpresa; por zambullidos en mar abierto; por obras de teatro a las que asistimos; por canciones que tarareamos en la ducha; por sesiones de manta, palomitas y película; por orgasmos y sus consecuentes leves pérdidas de conocimiento. 
Podríamos contar el tiempo por viajes, por viajes físicos o por viajes mentales; por libros que compramos y nunca llegamos a leer; por citas célebres que nunca memorizaremos; por sentimientos de soledad. 
Podríamos contar el tiempo sin mentirnos: el tiempo no corre siempre al mismo ritmo. El tiempo no tiene siempre ritmo, a veces se detiene y a veces se va. 
Pero si contásemos el tiempo bajo estos nuevos parámetros, seríamos más conscientes del precio que tiene el tiempo que perdemos, el tiempo que se nos va contando segundos y primaveras. 
Cuenta el tiempo según te venga. Juega con el tiempo. Juega, aún sabiendo que siempre será él quien te ganará. 



martes, 23 de agosto de 2011

Nietzsche rules





Siempre hay un poco de locura en el amor. Pero siempre hay algo de razón en la locura. 




Friedrich Nietzsche. Así habló Zarathustra.



martes, 9 de agosto de 2011

E7



Hablaba al margen de los axiomas tiempo y lugar. Dijo algo de una "obscenidad difunta". Fue lo único que retuve. Luego asentí, como si siguiese el hilo del monólogo. Pero andaba inmersa en algo distinto: cómo iba a haber muerto la obscenidad de nadie ni de nada si todo lo que nos rodea se compone, por mínimo que sea el porcentaje, de ella? En este universo [de]formado con el paso de las eras hay pocas cosas (elementos, personas, discursos, gestos, intenciones, objetivos, disparos, besos...) que no broten por, no sean o no se diluyan por la concupiscencia, la deshonestidad o la impudicia. "Obscenidad difunta"...aunque no deja de ser un oxímoron sabroso al oído y flexible al filosofar: afirmar que la obscenidad de algo o alguien ha llegado a su fin sería equivalente a confirmar que la podredumbre se ha volatilizado en los corazones actuales; o a sostener que el vacío no existe; o a creer que el odio es el antagonista del amor. Cerré mi ausencia mental momentánea acordándome de Giordano Bruno y su reflexión "El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor".


miércoles, 3 de agosto de 2011

Voy




Voy a derribar los muros y a mirar el cielo. Como en los días que nunca fueron como tendrían que haber sido. Voy a bailar descalza en las aceras hasta que deje de notarme los pies. Voy a observar. Voy a intentar olvidarte de nuevo. ¿Alguna vez dejé de recordarte? Voy a esculpir mentiras en las nubes; y uniré las estrellas mentalmente hasta sentirme dentro de un laberinto celestial. Como cuando me penetrabas y tus gemidos me decían que nunca me querrías. Voy a patalear sumergida en la bañera. Salpicaré el suelo y luego procuraré no resbalarme. Voy a cavar un hoyo en el techo para hallar un camino hacia la eternidad. Voy a escucharte entre los alaridos del metro. Todo será invención. Mentiras piadosas. Voy a volverme transparente. Voy a ser una puta asesina, como el personaje que nunca inventó Bolaño. Voy a aplaudir los bostezos y a sembrar gusanos; quiero que nazcan mariposas. Seré una hoja, temblando por el aire. Y caeré lento mientras me vean los pájaros. Y desapareceré bajo una huella de zapato de tacón. Voy a lavar el alma de rencores. Voy. Ahora voy. Como los días que llueve y hace sol. Voy a dormir abrazada a la almohada y con el trasero rozando la pared. Quiero sentir ese frío caliente. Voy a graznar o aullar. Ya lo decidiré cuando toque. Como tantas otras decisiones de última hora. ¿Malas decisiones? Voy a brindar con agua, como cuando no creía en tonterías. ¿Cuándo fue eso? A veces me masturbo sin ganas o como sin sed. Voy a beber demasiado vino. Voy a bautizar mis días con números negativos. La muerte se acerca. ¿Y qué? Nunca creo que vaya a ser bienvenida, así que… ¿y qué? Voy a ahorrar en lágrimas y confiaré sólo en aquellos que conozca cuando esté oscuro. Como cuando fui un lobo. Hambrienta loba. Voy a sorber los pechos de la luz; tal y como me enseñó a hacer Nietzsche. Voy con retraso. Pero voy. Me voy… me voy… me voy! Es todo para ti. Yo no dejaría ni pizca. Porque luego me voy. Nada vale tanto dinero como el propio dinero. Cuánto costará dormir sin mi cama. Como cuando dormía en la tuya. Voy a bordar campos con trigo. Y me haré un mantel para merendar en los sueños. Calaveras con pelo y mástiles que están en horizontal. Burdos los atardeceres con tanta luz. Voy a rabiar de felicidad. Voy a conocerme a mí misma, como me enseñó el Oráculo de Delfos. Sedando vigilias y percibiendo azares. Como las veces que no adiviné qué buscaba. Voy a salir del tiempo. Voy a mezclarme con las notas sostenidas, quiero ser igual de profunda. Nunca supe leer una llave de Fa. Siempre caminé por inercia. Y follé por salud. Y follé por autocompasión. Y por insatisfacción con la vida. Voy a vivir como predicó el maestro Epicuro. Voy a mandar a la mierda lo que se lo merece. Voy a regar la imaginación para que nazcan flores de loto en el desierto y oasis en el mar. Voy a abrazar el miedo. Voy a matarle. A cuchillazo limpio. Voy a cazar anfibios para tener más lugar al nada en el río. Voy a querer hacer contigo lo que la primavera con los cerezos, como me dijo pero nunca me enseñó a hacer Neruda. Voy a flotar en la Vía Láctea mientras los demás trabajan. Voy a rendirme a los caprichos. Y sanaré la discordia entre mis yoes. Voy a vociferar a las dunas de cualquier playa desierta. Como si estuviera sola en el mundo. Voy a glosar conceptos. Voy a saber más. Voy y vengo. Voy ya. Me voy ahora mismo. Voy a rejuvenecer a los niños y a envejecer las leyes. Voy a jugar a ser Dios. Diosa de mí. Y Diosa del mañana.