PIENSA EN VERDE

miércoles, 24 de octubre de 2012

Ígneos Designios



Fue el aire, el aire...

que insuflando mi

Cabeza extraviada y
mi Corazón desorientado,
un día me tejió,
con telas de araña,
nuevas y cristalinas alas.

Un hueste de estrellas 

me alojó esa noche. 
Pléyades mucamas.
Sirio anfitrión.

Y por una caterva 

de osferas me arrastré.
Y el Kaos se me hizo
Orden aparente.
Y se me olvidó la Tierra.

Fue el aire, el aire...


que atemperando mi 

Conciencia y Voluntad
me arrojó,
sin previo aviso, a un
nuevo y doliente duelo,
inalienable e individual; 

Refinado desafío fue 

el combate entre Mí y Yo.
Que aún sin tenerse afinidad,
afianzaron el Pacto.


Y esta Cabeza lunática,
este Corazón desgastado,
ahora se balancean entre 
el ardid de lo terreno
y lo arduo de lo olímpico.


Fue el aire, el aire...
quien me dio matices
para pintar la Nada;

Fue el aire, el aire...
quien me arrulló con 
sus silbantes secretos.

Pero fue el aire, el aire...
quien me ayudó a creerme
su Mundo,
para luego legarme al caer. 


Fue el aire, el aire...
quien me dejó resbalar 
del enjambre divino,
cediéndome a la Suerte 
de aquél
que sigue con pies y manos
pero que ya sabe 
que aire Es. 



martes, 11 de septiembre de 2012

C'est ne pas une pipe



El Hoy no es real. 
Ni el mañana. Y aún menos el ayer.
Esto no es la Realidad.
Tú no eres realidad;
         tú la creas
       y tú lo crees ser.
           
Entes mentales
   que viven en este mundo 
   tanto como en las llamas el papel, 
      en la tercera dimensión viven anclados,
         sin atisbo alguno de
         dónde estuvieron, están y estarán ocultos
             los secretos del eterno re-nacer.         
      Viven con Razón y para razones
      que no tienen razón de ser.  

Esto no es la Realidad.
Esto no es lo que crees ver.

Esto no es cuestión de Vivir o Morir.
C'est, 
c'est ne pas une pipe.




lunes, 10 de septiembre de 2012

Ver-de noche



Ayer flirteé con la noche,
   mas no conseguí conquistar la oscuridad.
Si tanteé fue porque
   más abofetean, la auto-crítica y el reproche,
      cuando la Luz deja de ser por propia voluntad;
   porque las percepciones, en la noche,
      secuestran del día su claridad,
      y me instigan a atraparme
            en este ente consciente
            de la Totalidad.

Pude preguntarme por qué, justo a medianoche,
   alcanzo esa insospechada lucidez.
Pude preguntarme por qué
   es entonces cuando se esparce, en derroche,
      esa sensación de escarchada desnudez;
   por qué, precisa y perfecta, la medianoche,
      soslaya darme imágenes de tal nitidez
      que me embriaga y me transporta
            a ese dejar de mirar
            para empezar a ver.



viernes, 27 de abril de 2012

Re-acción




Le conocí cuando pisaba un caracol.

Me vio. Me miró. Me repasó.
Sin reparo, y en silencio, 
cerró los ojos.
Se lo comió; entero. 
Hasta masticó su concha.
Pareció saborearla.

Cuando volvió a abrir los párpados,
sus ojos eran de cristal.
Me vio. Me miró. Me repasó.
Mi reflejo me dolió.
Era yo también un caracol.
Podía ser comida. 

Me pisó.
Me saboreó.
Y se fue a por el siguiente. 
Conmigo.





E15





Lloré porque el viento me atacó con polvo, 
no porque lo echara de menos.



miércoles, 21 de marzo de 2012

Amapolas sangrantes





Cuando decidimos cambiar de rumbo
a veces sentimos a los vientos dificultando el avance
pero las amapolas siguieron siendo simples y rojas
como la sangre fresca.


La dureza de las decisiones en las mentes virginales
se nos hacía palpable.
A jodiendas aguantamos el tipo 
y dejamos a nuestros pies obedecer a la inercia.


Fue magistral alguna maniobra.
Otras borrascosas, cruentas, estúpidas.
Pero aprendimos que el sin-sentido no existe.
Entonces pellizcamos nuestra pineal y alzamos el vuelo.


Las alas no hicieron falta.


Eran las mentes confusas transmutando en luz:
abriéndose camino entre matojos de bosque abandonado,
llegando a grutas húmedas
donde el eco es tan vasto que los propios pensamientos te replican.


Solos ante el peligro.
Cocían las arterias.
El instinto de autosuperación nos retaba
             --con una sonrisa a diestra inclinada
                y una mirada traviesa--
a jugárnoslo todo a una carta 
                              en cada detalle de la existencia.
Y las amapolas nos animaban a ello,
con su mantenerse simples y rojas 
                como la sangre fresca.


Corrimos de un lado a otro.
Cruzamos tantas veces sin mirar a lado y lado de la calle...
Crepúsculos y Auroras,
ellos fueron quienes cuidaron de nuestros yoes distraídos. 


¿Qué eran aquellos sentidos que no pertenecían a los cinco que ya conocíamos?
Eran la volatilidad del sufrimiento
obviándose en nuestras narices,
y en nuestras manos, pies, genitales y sonrisas. 


La vida, que te pega, bien duro:
El tiempo, que te enseña, que te cura, que te nutre,
que se te escapa. 
Mas no hay rencor contra él. Ninguno.


Porque todo lo que empieza termina, 
pero todo fin significa un nuevo comienzo.





lunes, 12 de marzo de 2012

Re-inicio



Al próximo solsticio,
arrastrará la costra de los árboles
            el boyeur que llevo dentro
y fornicará con sus ramas
            mi cuerpo trasmutado en Vicio.
El desquicio del olvidar.
Lo ficticio de lo perpetuable.
El maleficio de la no correspondencia.


Será en el próximo solsticio, 
        cuando me convenza del vacío
        para volver a sentirme plena.



El color del aire





Entes ciegos de amor emergen entre las luces que les impiden ver.
Aunque dolidos por la crueldad del mundo deciden no morir. 
Y purgándose de los pecados pretéritos sonríen inmunes al dejar de soñar.


Brotan las semillas que el amanecer regó al rocío.
¿Quién me dio aquél abrazo de aire?
¿Cuándo supe quién fuimos? No sabremos quien vamos a ser. 
Sentidos que no pertenecieron nunca a los cinco;
              que no bastan de diccionarios para definirse;
              que cabalgan espaldas hasta nucas 
                                   e impregnan las pieles de calambres.


Entes ciegos de amor yerguen entre las nubes que les mecen.
Sabiéndose luz andan tranquilos, y brindan sin copas al sol de las noches.
Limpios están de rencores. ¿Quién me daría aquél abrazo de aire?





lunes, 6 de febrero de 2012

La rapidez de los olmos





Andando va, con sonrisa ilustre por máscara,
sintiendo (re)descubrir el Mundo.
Parsimonia indefinida inherente a sus pies.
Todo lo mira, lo observa, lo intenta memorizar.
Se sienta orgullosa. Y piensa.
"Impetuosa calma del mediodía perdido leyendo a los pies del olmo".
Un libro cualquiera, que más da.
Hasta que la lluvia empapa las páginas.
 ...y las letras se escurren.
La rapidez del olvido.
La rapidez del cambio.
La volatilidad de las ideas que no se escriben.
Se incorpora contenta. Y piensa.
"Energías circulares que manejan mis rumbos".
Y se marcha, como flotando, hacia cualquier otro lugar
donde el prolongar de los sueños vacíos no sea cuestionado.



E13



Escribir nunca fue asunto de quienes 
no se atrevieron a pensar por sí mismos. 


martes, 31 de enero de 2012

MiEdO





Ojos-pozos
por los que me dejaría caer...
Cuello-tigre,
testamento de tipologías instintivas. 
Lengua venenosa,
vagabunda,
maleante...
áspera de tanto grito.
Cuádruple-corazón,
cima estructural emergente de sueños truncados. 
Ojos-pozos,
transmisores de versos sordos...
       ...y mudos.


Sshhh...


MiEdo en la boca...
   y en los pies,
    que deseo sean de plomo...
Pero son de viento...
             
Sshhh...


Ojos-pozos,
horizontes nocturnos que me desvelan.
Ojos-rayos...
     pero no truenos,
     ni lluvia, bajo la que querría bes-Arte
     tu cuádruple corazón...
Arco-iris
que desmitifican el color en estado puro. 
Labios de vino
por los que me dejaría absorber...
Lengua venenosa, vacilante. 
¿Mentirosa?



Ojos-pozos,
transmisores de versos sordos
       ...y mudos.
Sshhh...sshhh...sshhh...             


    

domingo, 29 de enero de 2012

9.203,15




Nueve mil doscientos tres punto quince quilómetros, nos separan.
Nueve mil doscientos tres punto quince quilómetros, nos acercan.



jueves, 26 de enero de 2012

Auto-Biografía completa



Nací en un contexto favorable.
Crecí con lo que comúnmente es conocido como una buena educación.
            Aunque el concepto cojea.
Mi infancia no fue más que lo que mis padres quisieron que fuera.
No fue más de lo que mi imaginación me permitió.

La juventud, como para la mayoría, fue algo más intensa. Tal vez porque guardo muchos más recuerdos de ella.
La atracción por lo metafísico empezó entonces.
El orden me atraía.
El caos me distraía.
Pero, como dijo Baudelaire, La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y característicos de la belleza. Mi vida era bella, pues.
Siempre quise escribir.
El conocimiento del pasado me Apasionaba.
Sobre todo en cuanto a los bienes materiales heredados de nuestros antiguos. Las piedras de las pirámides, las ermitas, de los puentes, de las cuevas, los pozos…su tacto, su energía, sus secretos. Ahí comprendí el concepto sensualidad.   
Lo que no conocía me Turbaba, siguiendo el Sapere Aude de Horacio o del concepto kantiano de la Ilustración.
Y así fui creciendo, apasionándome y perturbándome.
Y así fui creciendo, queriendo ser piedra.
Piedras, que a cada golpe se quiebran, pero siguen siendo fuertes.
            Piedras, frías, impenetrables; materia inerte, pero Viva.
Estudié jardinería. La Naturaleza te hace sentir vivo.
Estudié periodismo. El control de la información presente y la divulgación de la misma te hace sentir vivo también.
Trabajé en lugares bien distintos, permitiéndome desarrollar varias facetas, virtudes y defectos.
Retomé los estudios. Las Humanidades también me hicieron sentir viva, esta vez más que nunca.

La primera madurez actuó en mí como en quien siempre había admirado.
Fui luchadora, (por fin) sin violencia, por conseguir lo que quería.
Estudié mucho.
Vi ángeles, los conocí.
Muchos humanos que más que humanos eran corazones andantes.
Pero los demonios seguían ahí.
Quise escapar de ellos.
Y viajé, sin parar.
Trabajé allí donde fui. Ganaba suficiente dinero para vivir bien y para viajar de nuevo.

La segunda madurez fue un vuelco.
A pesar de que nunca creí que hubiese un lugar para cada persona, encontré un terreno, aislado.
            En un país sin nombre, donde las sombras son amigas.
En un estado sin nombre, donde las flores son tus cómplices.
En un espacio sin nombre, donde las hojas secas (que no muertas) te marcan el compás al que obedecer mientras paseas.
Allí materialicé mis sueños.
El silencio de las montañas me rescató del olvido de mi misma en pro de una dedicación total al conocimiento.
Quise conocerlo todo.
Fabriqué mis propias necesidades. Conviví con mi huerto, (“mis”) animales y MI bosque.
Viví, como Zarathustra, en un mundo ajeno, sin leyes ni censuras, sin más pretensión que alejarme de lo artificial, de lo impuesto.
Pero, a diferencia de él, nunca regresé a la civilización.
La meditación me condujo al moksha hindú o nirvana budista.
Y decidí pasear hasta la gruta más cercana.
Y probé volar.
Físicamente no lo conseguí. Espiritualmente sí.


Naoto Hattori





miércoles, 25 de enero de 2012

Des-vivir-se



Pasar la vida liberándote de tus propias cadenas.
Luego, la Muerte.
Luego, vuelve a vivir.
Pasar la vida hiriéndote con tus propios pensamientos.
Luego, muérete.
Luego, de nuevo la Vida.
Pasar tu infancia deseando ser mayor;
y tu adultez deseando volver a niño.
Luego, vuelve a morir.
Luego, re-vive.
Pasar la vida destruyendo tus propios cimientos.
Muere-vive.
Hasta que te percatas.
Eres un muerto en vida.
Y comienzas a vivir, a vivir de verdad:
des-viviéndote



sábado, 7 de enero de 2012

Vivir de la Luz (propia)



      Cambiarán los colores del cielo a medida que el Sol se desplace por este techo indescifrable. Tal vez lleguen a despertar los grillos y nos dediquen una sonata con sus patitas de violín desafinado. Puede que tomemos algo dulce de postre, o puede que sólo nos comamos los labios; aunque son sinónimos actos. 
    Con las horas, correrán los pájaros a avisarnos que la Luz vuelve. Cada mañana igual, sin modificación. Pero puede que decidamos quedarnos en la cama por esta vez, evadiendo la premisa (in)evitable de que el Sol nos espera allí fuera. Se acurrucarán en la oscuridad forzada y artificial nuestros cuerpos. Irán debilitándose sin carga lumínica pero reviviendo, a ratos, por las descargas eléctricas de las caricias. Espasmos sensuales. Y sobre-viviremos sólo con Nuestra propia Luz.
      ¿Pero [un] mañana qué? Te marcharás. Diciendo así no puedo. Y emprenderás un duelo de espadas contra tu organismo. No necesitarás beber más mi saliva, ni mis flujos. Limitarás tus días a absorber Luz solar, rechazando la que de mis ojos emana, con la coartada de que ésta no te alimenta por completo. Y serás al fin el rumiante de Luz al que siempre aspiraste. La saborearás a sabiendas de que nunca te será indigesta; de que recargará tus Energías. Podrás alzar el vuelo. Alcanzarás el Sol, que, por fin, te pertenecerá. Y vivirás libre de tus necesidades básicas, ahuyentadas por tu nueva manceba. Harás eso, de la Luz ajena la propia, sólo para ti. Y yo enloqueceré de celos. Maldita Luz a la que tanto reclamas. Maldita.




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