Le conocí cuando pisaba un caracol.
Me vio. Me miró. Me repasó.
Sin reparo, y en silencio,
cerró los ojos.
Se lo comió; entero.
Hasta masticó su concha.
Pareció saborearla.
Cuando volvió a abrir los párpados,
sus ojos eran de cristal.
Me vio. Me miró. Me repasó.
Mi reflejo me dolió.
Era yo también un caracol.
Podía ser comida.
Me pisó.
Me saboreó.
Y se fue a por el siguiente.
Conmigo.
1 comentario:
Celebro la nueva tipografía de los títulos, ahora ya sé que pone, yahoo!!
Publicar un comentario